domingo, 20 de noviembre de 2011

El buen amor...


"Querer el bien del otro, esa es la esencia del amor auténtico."
Amar nos perfecciona como humanos, cuando el amor es real, genuino, cuando amamos por nuestra genuina voluntad, y no por una simple apetencia carnal, o por conveniencia.
Cuando amamos a alguien es porque queremos el bien para ese ser amado.
El amor vuelve a la persona amada más persona, y más libre, la enseña a amar, a orientarse hacia el bien, para honrar, para agradar, para valorar a quien se ama.
El amor es el bien absoluto y final.
El amor es la honestidad en cada acto, en cada palabra que se le entrega a ese ser amado.
Amar no es una actividad egoísta, ni egocéntrica, que busca el beneficio personal, sino todo lo contrario, es darse a si mismo, es brindarse sin esperar nada a cambio y por el bienestar del ser amado.
Pero el amor es entrega mutua, es honra mutua, es honestidad mutua.
Cuando amamos a alguien, agudizamos nuestra capacidad de conocer a esa persona, y somos capaces de brindarnos, de hacer actos que hagan feliz a ese ser amado.
Usamos los medios necesarios a nuestro alcance para que sea lograda integramente la felicidad de esa persona que amamos.
Cuando queremos, cuando amamos, no sólo queremos por lo que es esa persona, también , por lo que esa persona amada puede llegar a ser, y la elevamos, y sentimos felicidad ante cada logro de nuestro ser amado.
Es propio del amor querer de forma integra y total.
Si despreciamos una parte de la persona, no la estamos queriendo, amando por completo, y bien. No amamos a alguien hasta no amarlo con sus defectos, el propósito del amor es luchar porque los defectos sean superados, así los mismos correspondan al ser amado o a uno mismo.
El amor no busca que la persona pierda su personalidad, todo lo contrario. Busca que una persona sea feliz siendo ella misma y viviendo su propia vida, honrando el sentimiento que la une a la otra persona.
Amor sincero, honesto, con respeto.
La entrega a la persona amada de uno mismo surge porque la otra persona, porque el ser amado, es nuestra razón de ser.
Somos responsables de la entrega de los sentimientos que nos hace el ser que nos ama, y que amamos.
Tenemos la capacidad de elevar o derrumbar a la persona que nos entrega su amor.
Ofrecer y compartir por y con el ser amado es la principal manifestación del amor benevolente, honesto, genuino.
Amor... principio y fin de nuestra existencia.

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