
Resulta que Eva paseaba por el hermoso jardín del Edén, cuando la serpiente le ofreció la manzana de la tentación.
Eva, muy bien instruida por Dios, la rechazó.
_ Hazme caso y come de esta manzana_ insitió la serpiente con un suseo que pretendía ser encantador_ , pues necesitas estar más hermosa para tu hombre.
_ No, no lo necesito... Adán sólo me tiene a mí : no hay ninguna otra mujer por aquí.
La serpiente se rió :
_ Ya lo creo que hay una _ le dijo.
Y como Eva no creía en sus palabras , la serpiente la condujo hasta un pozo.
_ Ella está dentro de esta caverna : el mismísimo Adán la escondió ahí.
Eva se asomó y vio, reflejada en el agua , una bellisima mujer.
Y en el acto , sin titubear, comió la manzana que le ofrecía la serpiente.
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