martes, 29 de marzo de 2011

Del adíos.


Te dejo con tu vida,
tu trabajo, tu gente,
con tus puestas de sol y tus amaneceres,
sembrando tus confianzas te dejo junto al mundo
derrotando imposibles, seguro sin seguro,
te dejo frente al mar descifrándote a solas,
sin mi pregunta a ciegas,
sin mi respuesta rota,
te dejo sin mis dudas pobres y malheridas,
sin mis inmadureces, sin mi veteranía.
Pero tampoco creas a pies juntilla todo,
no creas, nunca creas este falso abandono,
estaré donde menos lo esperes
por ejemplo en un árbol añoso de oscuros cabeceos,
estaré en un lejano horizonte sin horas,
en la huella del tacto en tu sombra y mi sombra.
Estaré repartida en cuatro o cinco chicas
de esas que tu mirás y enseguida te siguen,
y ojála pueda estar de tu sueño en la red,
esperando tus ojos y mirándote.

(Adaptación en femenino del poema de Mario Benedetti)

No hay comentarios:

Publicar un comentario